Trata de personas
La fundación Anesvad se encuentra en continua lucha contra esta lacra social que ocasiona en todos los que la sufren graves secuelas tanto de índoles físico como mental. Realmente las cifras asustan, ya que según la Organización Internacional del Trabajo más de veinte millones de personas están siendo explotadas realizando trabajos forzados y, dentro de ellas, aproximadamente el 21,5% sufren explotación sexual.
Otra cifra alarmante la arroja el tiempo promedio que estas personas permanecen en esta situación antes de ser liberadas o de poder huir es de dieciocho meses.
Movimiento #ToleranciaCero
Con el objetivo de paliar los efectos de la trata de personas, Anesvad ha creado el movimiento #ToleranciaCero. Todos aquellos que queráis participar y ayudar a erradicar este problema pueden dirigirse a www.toleranciaceroconlatrata.org y comprar un lindo anillo azul que podréis lucir como símbolo de solidaridad. Anesvad utilizará el dinero recaudado para supervisar y ayudar a aquellas personas que se encuentran bajo su tutela y que han sufrido explotación sexual o de cualquier otro tipo.
El testimonio de Lord
Lord (nombre real) es una chica de 18 años de la etnia denominada Khamou. Vive con su padre, sin trabajo permanente, su madre y sus hermanos. No disponen de suficientes ingresos como para alimentar a sus hijos o para llevarlos a la escuela. Su pueblo tiene sólo 50 casas. Su hogar solo tiene una habitación donde duermen en una pequeña parcela sobre el suelo. Tienen electricidad y utilizan agua comunitaria, junto con otros miembros de la comunidad.
Lord abandonó la escuela para ayudar a sus padres a cortar y vender leña, y fue empleada como sirvienta en casa de una persona que vivía en el mismo poblado. Su último trabajo antes de irse a Tailandia fue en una fábrica de ropa de otro distrito, donde recibía un sueldo mensual de unos 60$. Residía en el dormitorio de la fábrica para ahorrar dinero y poder enviar su salario a la familia mensualmente. En 2013, su tía se llevó tanto a ella como a su hermana menor a Tailandia, cuando Lord tenía tan sólo 16 años y su hermana 15.
Cuando llegaron, las trasladaron a un restaurante bar karaoke. Allí, pagaron un adelanto por ellas a su tía y, después, las forzaron a ejercer como trabajadoras sexuales para pagar a su empleador. Lord tenía que atender a 2 o 3 clientes al día, todos ellos extranjeros. Ni Lord ni su hermana recibieron salario alguno. Tres meses después, fueron vendidas a otro bar karaoke. Allí, les dijeron que debían pagar al nuevo empleador 15.000 bahts por persona, ya que habían sido vendidas por el empleador anterior. Lord trabajaba desde las cinco de la mañana hasta las cinco de la tarde, y tenía que atender a por lo menos 2 o 3 personas al día. Todos los clientes eran extranjeros y le pagaban entre 1 000 y 2 000 bahts por servicio. Después de trabajar durante aproximadamente un mes, la policía tailandesa hizo un control en el bar y encontró a 18 personas, incluidas Lord y su hermana menor. Lord fue llevada a la cárcel y solo un mes después pudo regresar a Laos. En la frontera, la policía la interrogó y fue finalmente recogida por sus padres.
En enero de 2014, VFI tuvo conocimiento de su caso. Cuando el trabajador social de VFI conoció a Lord, ésta estaba embarazada de cinco meses, aunque cuando la entrevistaron, Lord desconocía estar embarazada. Después, descubrió también que tenía problemas de salud mental y la llevaron al hospital para que le hicieran un completo chequeo médico y recibiera tratamiento.
A principios de mayo de 2014, Lord dio a luz a una niña. En la actualidad, y junto con el apoyo de VFI, Lord y su madre han mejorado las condiciones de la tienda para hacer un sencillo restaurante y vender alimentos cocinados de gran variedad. Han aumentado sus ingresos, y Lord nos dijo que no permitiría que ni su hermano ni su hermana fueran a trabajar a Tailandia como ella lo había hecho.
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